El propósito de Artur Kaufmann
consiste en superar la antítesis que la mayoría de los autores establece entre derecho natural y
positivismo jurídico. Si se admiten que todo
orden jurídico tiene la misión de realizar valores sociales, justicia, seguridad, bien
común, etc, y en determinada
situación correcta o en la gran mayoría de los casos, descubrimos que las prescripciones legales,
lejos de realizar esos valores, abiertamente los vulneran es muy posible que
nuestra conciencia jurídica se niegue a admitir que
tales prescripciones sean verdadero derecho y solo vea en ellas un conjunto de
exigencias injustificadas o un simple fenómeno de poder igualmente es
posible cuando la iniquilidad de aquellas exigencias rebasa ciertos limites,
que los particulares, lejos de sentirse obligados a cumplirlas juzguen, por de
lo contrario que están obligados a desobedecerlas y
que al proceder así ejercitan en sagrado y
ultrapositivo, derecho de resistencia, actitudes de esta especie han sido
adoptadas y quienes las asumen saben uy bien los riesgos que corren.
Kaufmann sostiene que el derecho intrínsecamente valido es el contenido en las sentencias de los
jueces, cuya tarea constituye una gradual actualización o concretización no solo de las leyes sino de
los principios generales que necesariamente integran el trasfondo axiológico de la obra del legislador, pero esa gradual
actualización no deja de ser actualización del sistema positivo por el simple hecho de que los
encargados de formular o de aplicar sus normas se inspiren y tengan que
inspirarse, en los juicios estimativos.
Lo unico que cabe sostener es que los preceptos de ese
sistema pueden ser no solo formal, sino intrínsecamente validos y que
cuando también son lo segundo, no deja de
ser por ello derecho positivo, lo expuesto se confirma, el principio de unidad
o unidad del criterio de validez jurídica.
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